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17 de Diciembre de 2009

El Melico deliró con Filarmónica y Malpaís

Aplaudidos Músicos nacionales se unieron en el escenario del Teatro Melico Salazar. El resultado: se echaron el público al bolsillo

Ana Yancy Flores M. | aflores@nacion.com

Dos años tuvieron que pasar para recordar a qué sonaba Malpaís junto con la Orquesta Filarmónica; pero al final, la espera valió la pena. El martes, los músicos se echaron al bolsillo al público que asistió al primero de cuatro conciertos que ofrecen esta semana en el Teatro Popular Melico Salazar.

La voz de que Malpaís tocaría con la Filarmónica –con arreglos hechos por Fidel Gamboa (vocalista del grupo nacional)– corrió como pólvora, por lo cual el teatro josefino estaba lleno y con un público absorto. Este no dejó de aplaudir ni una sola de las canciones de la amalgama musical.

A las 8:10 p. m., las puertas del teatro se cerraron para comenzar un concierto, donde hubo mucha interacción con los espectadores y que duró dos horas y media. En el escenario, más de 30 músicos de la orquesta aguardaban a que Malpaís llegara.

Aplausos, chiflidos y gritos dieron la bienvenida a la agrupación tica, la cual, inmediatamente, interpretó Como un pájaro , bajo la batuta del director de la Filarmónica: Marvin Araya.

“Dos años de espera, pero valió la pena”, dijo entre risas el director de la orquesta, al tiempo que agradeció a Malpaís y, sobre todo, a Fidel Gamboa el aceptar compartir el escenario nuevamente.

“ Pienso en abril, en la sencilla contradicción: brilla la lluvia con el sol en un pacto, un instante o un tiempo más ” le siguieron a las palabras de Araya y comenzó el conocido tema Abril.

Fusión. Cuando sonó Epitafio , el piano de Manuel Obregón se fundió con los violines, los chelos y las arpas de la Filarmónica.

La voz de Daniela Rodríguez también se perdió entre los violines de la orquesta y el de su padre, Iván Rodríguez. Y, de nuevo, el público les dio una ovación.

“Gracias a Marvin por darnos esta oportunidad”, expresó Jaime Gamboa, bajista de Malpaís, quien además elogió el talento de los músicos de la Filarmónica.

“Este ha sido un año de mucha alegría para nosotros, porque en mayo sacamos el disco Un día lejano ”, dijo Gamboa.

Posteriormente, interpretaron Mi ciudad , tema que viene en ese disco y que, a criterio del bajista, es de los más queridos para el grupo.

Posteriormente le llegó el turno a Canela y miel , otro tema incluido en Un día lejano.

Interactivo. Si algo quedó claro desde el primer instante en que los músicos se reunieron en el escenario es que, en todo momento, ellos buscaron interactuar con su público. Fidel Gamboa invitaba a los presentes a corear y a seguir con aplausos sus canciones.

La gente, por su parte, respondía afable y con entusiasmo.

Uno de los momentos más intensos fue cuando Obregón se bajó del escenario para mezclarse con el público. Por unos instantes, él se paseó por los pasillos tocando con su acordeón el Punto guanacasteco .

Cuando sonaron los primeros acordes de Presagio , que el público no tuvo ningún inconveniente en reconocer –pese a los nuevos arreglos– , comenzaron a llover los aplausos. En tanto, Fidel Gamboa cantaba “ Huele a agua... ”.

El querido tema El Portoncito hizo que el Melico estallara en risas al escuchar el tono jocoso con el que Marvin Araya cantó una de las estrofas de la canción.

Entre canción y canción, Araya expresó que este fue un año muy bueno para la Filarmónica y que el 2010 promete ser mejor y cargado de uniones musicales.

Entre ellas destacó que realizarán un concierto con El Gran Combo de Puerto Rico y que repetirán sus presentaciones con El Consorcio. No detalló ninguna fecha para estos conciertos.

Durante la velada, Jaime Gamboa aprovechó para interpretar Se quema el cielo , una de las canciones que incluye en su disco La canción de Adán . Esta producción viene inserta dentro de La Orquesta Imposible, un libro de relatos que el artista acaba de publicar.

Para las 10:10 p. m., la amalgama musical dio las primeras señales de finalizar. En ese momento, Malpaís abandonó el escenario, pero la orquesta no se movía de sus asientos.

La petición de “¡otra, otra! que gritaba el público hizo que los nacionales regresarán al escenario para interpretar Muchacha y Luna .

“Bello, bello, excelente”, gritó alguien entre el público, al tiempo que llovió el sonidos de las palmas.

A petición del público, los ticos cantaron Malpaís y, tras esta pieza, abandonaron el escenario. Sin embargo, una vez más sorprendieron al público cuando volvieron una última vez al escenario. Y ahora sí, aquel fue el fin del concierto.

Tomado de http://www.nacion.com/viva/2009/diciembre/17/viva2196613.html