25 de Mayo de 2011
Carlos Díaz Chavarría
Escritor y profesor universitario
Ni los brazos candentes del sol, ni el pesado abrigo del frío, merman la voluntad de trabajo de esos hombres y esas mujeres, quienes están dedicando parte de su vida a transitar, los sábados, por los parques España y Morazán y el Jardín de Paz de nuestro país transmitiendo su arte como parte del proyecto del Ministerio de Cultura y Juventud, Enamórate de tu ciudad…, así es. Dedicados en cuerpo y alma a su expresión cultural y siempre en pie de lucha ante las adversidades, estos singulares y anónimos creadores, mediante su música, bailes, representaciones teatrales, juegos tradicionales y de mesa, títeres, recitales, mímicas o comidas despiertan en el sentimiento de su público, múltiples alegrías, vasta admiración y sinceros aplausos que hacen de su labor todo un banquete de arte, un arte que, ciertamente, no participa de los parámetros del arte de élite; es decir, aquel que se piensa le es propio a una minoría erudita, que, privilegiada por los dones de las musas, es la única que puede producirlo, entenderlo y prolongarlo. El de ellos es un talento popular, un arte sencillo, nacido del espíritu y la sangre de esos creadores populares que trabajan por y para el pueblo sin distingos de clase, religión, género o edad. ¿Cada cuánto tenemos la oportunidad de ver congregada y disfrutar tanta creatividad popular en la zona capitalina?... Por ello representa una experiencia lúdica asistir a este tipo de encuentros culturales, máxime para permitirle a nuestra mente y espíritu descansar de tantas tensiones, de tantas noticias cargadas de sensacionalismo y de tantos distractores tecnológicos que, aunque necesarios, pueden sumergir a las personas en una peligrosa pasividad. Sencillamente me fue poético el observar cómo un adulto mayor con su nieto, o una madre con su hija estaban, al aire libre, jugando dominó o tablero, y es mágico cómo por unos instantes mi niño interno afloró al unirme a unos pequeños para participar en los juegos tradicionales e interactivos.
Definitivamente el proyecto Enamórate de tu ciudad es una hermosa prueba de que Costa Rica aún tiene aspectos magníficos que ofrecerle a sus habitantes. Recordemos que si existe un aspecto que educa, enaltece y le permite a los humanos percatarse del ámbito social en el que está inmerso, es el arte. En este sentido, si realmente queremos comprender el arte como un horizonte abierto y hacer de él un arquitecto de las condiciones espirituales, intelectuales y sociales de nuestro país, no debemos ignorar los esfuerzos que el Ministerio de Cultura y Juventud está llevando a cabo para reivindicarlo y hacerlo accesible a todos más allá de niveles educativos o clase social. De ahí que sea fundamental que comprendamos que el arte popular también es creación y, por ende, sublimación, conocimiento y libertad. No apoyar y no dignificar este tipo de manifestaciones que laten y deambulan por nuestras calles o parques, equivaldría a renunciar a un valioso patrimonio. Por ello, contribuir, en la medida de lo posible, a fortalecerlas; procurar que la destreza y sabiduría de estos artistas no se pierda y que las entidades culturales, gubernamentales y el pueblo les siga ofreciendo una base favorable para su desarrollo, son fines que deben imperar si es que, en realidad, deseamos conservar, difundir y enaltecer nuestra identidad cultural. Brindo un férreo reconocimiento al Ministerio de Cultura, a los respectivos patrocinadores y a cada uno de los integrantes de este enamoramiento cultural por ayudarnos a redescubrir la autenticidad y vigencia de nuestra fecunda cultura popular y, de esta manera, fortalecer el concepto de identidad nacional que es fundamental para reconquistar el alma cultural de nuestra patria.