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28 de Mayo de 2013

Ministro Obregón participó en evento “Bienestar de la sociedad: ¿Felicidad como medida de la economía? Una perspectiva cultural”

La Embajada de Costa Rica ante la Santa Sede, en colaboración con la Embajada de Gran Bretaña y el Pontificio Consejo de la Cultura, presentaron el evento “Bienestar de la sociedad: felicidad como medida de la economía? Una perspectiva cultural”, basado en el estudio sobre el “Happy Planet Index” realizado por el “New Economics Foundation”, con sede en Londres. La actividad se realizó en el Aula Magna de la Casa Generalicia de los Hermanos de La Salle en Roma.

En este estudio, Costa Rica aparece por segunda vez consecutiva encabezando el índice de la felicidad; el caso fue analizado a profundidad por varios de los expositores.

Presidido por el Superior General de los Hermanos de La Salle, Hermano Alvaro Rodríguez, costarricense, y con la participación del Cardenal Gianfranco Ravasi, presidente del Pontificio Consejo de la Cultura -ministro de la Cultura del Vaticano-; así como con Manuel Obregón, ministro de Cultura y Juventud de Costa Rica, y los embajadores de Costa Rica, Fernando Sánchez y de Gran Bretaña, Nigel Baker, y el representante del gobierno británico Glenn Everett, se escuchó la presentación del índice de la Felicidad, y el por qué de sus resultados.

El evento inició con una alocución del Embajador Sánchez, con datos para ilustrar el modelo de desarrollo político, económico, social y ambiental de Costa Rica. La actividad se realizó frente a embajadores y diplomáticos acreditados ante la Santa Sede, FAO e Italia; personalidades del gobierno italiano y de la Santa Sede, estudiosos, costarricenses y un significativo número de periodistas.

La intervención del ministro Obregón versó sobre las variables histórico-culturales que más han influido, para que Costa Rica ostente ese primerísimo puesto en el índice de la felicidad. Para ilustrar creativamente la idiosincrasia costarricense, Obregón concluyó su exposición con la última estrofa de la canción “Caña dulce pa’ moler”, acompañado por los costarricenses presentes en la sala.

Los expositores realzaron la necesidad de dar un rostro humano a las finanzas y encontrar una medida más eficaz para medir, no tanto el nivel de riqueza de las naciones, sino cuánto la productividad nacional se refleja en el bienestar y, por consiguiente, en la felicidad de sus habitantes.