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18 de Noviembre de 2009

Orquesta del Río Infinito levantó en alegría a la alejada isla de Apipé Grande, en Argentina

Ana María Parra
aparra@nacion.com

Apipé Grande, Argentina. La Orquesta de Río Infinito, formación creada y acunada por el costarricense Manuel Obregón, llegó ayer en el marco de su actual gira Cuando el Rio Suena, a un lugar remoto: la Isla de Apipé Grande , en el departamento de Ituzaingó de Corrientes, Argentina.

Tras haber dado el lunes 16 un exitoso concierto en el puerto de Posadas, la Orquesta siguió ayer su aventura sobre agua dulce, que comenzó el sábado 12 de noviembre en Puerto Iguazú, navegando por el Curso Superior del Río Paraná durante nueve horas desembarcar en Apipé Grande.

El viaje tuvo sus bemoles. La travesía que debía durar seis horas desde el puerto de Posadas hasta Apipé Grande demoró dos horas más por los fuertes vientos que pegaban de frente a la Marilyn, la embarcación en la que navega la orquesta base conformada por 15 músicos, y un staff de seis personas que conforman el equipo de producción del documental más unas siete personas más entre fotógrafos, periodistas y colaboradores de la orquesta.

Decenas de habitantes de Apipé Grande dieron la bienvenida a los músicos y colaboradores viajeros. A las 8 p. m. en la plaza del pueblo de San Antonio, la cabecera del gobierno municipal de la isla, tuvo rienda suelta el concierto. Según sus habitantes aquel encuentro fue único.

“Esto nunca pasa aquí. Los pobladores nunca hemos tenido la oportunidad de ver algo así. Y es cierto, la gente nunca se reúne en San Antonio como está sucediendo esta noche”, dijo a Viva Ariel Toledo, uno de los lideres de la comunidad.

Alternando con músicos y bailarines tradicionales de la zona la Orquesta del Río Infinito se apoderó de la plaza del lugar y comenzó su actuación con un tema costarricense: Nostalgia en la pampa. Los niños fueron los grandes protagonistas de este concierto pues en numerosa ronda se sentaron a los pies de la orquesta.

De los cinco conciertos que hasta ahora ha dado la orquesta, el de Apipé Grande fue uno de los más emotivos pues los niños bailaban y se rendían al encanto de un humor casi interurbano del clow Pochosky; él, con su actitud circense y acompañado por la orquesta como apoyo sonoro, Pochosky hacía gala de su particular imán poirque los pequeños le seguían hasta por entre los árboles.

La Orquesta de Río Infinito, conformada por músicos de Nicaragua, Costa Rica, Panamá, Uruguay, Argentina, Paraguay y Chile tocaron desde calypso hasta chamamé (ritmo tradicional del litoral argentino).

La gira ha sorteado tantos obstáculos como números de conciertos que lleva cumplidos, y en Apipé Grande no hubo excepciones. Encaminándose al final del concierto se fue el fluido eléctrico. ¡Oh ironía! Apipé Grande que tiene como escandalosa vecina (porque sus motores se escuchan rugir desde la isla por la noche) a la Planta Hidroeléctrica Entidad Binacional Yaziretá, sin embargo, debe abastecer de corriente por sus medios. Apipé Grande genera su electricidad con un motor de combustible.

Sin embargo, que se fuera por unos minutos la luz no hizo parar la música; la Orquesta del Río Infinito se desprendió de sus instrumentos eléctricos y en acústico se ubicó al centro de la plaza para cerrar la noche con La cordiona prestada salida de la cabeza y de las manos de Joselo Schuap, líder de H2o , un proyecto músico-artístico que libra valiente lucha para preservar la naturaleza, y quien ha sido una pieza clave para el recorrido de la orquesta en esta cuarta gira de su vida activa.

Así, el Río Infinito se fue cantando La cordiona…, que es la historia del Negro Dana que va entonando así “Dios te quita y Dios te da, y la música no para”.

Tomado de http://www.nacion.com/viva/2009/noviembre/18/viva2164252.html