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27 de Noviembre de 2009

Río Infinito cerró con broche de oro en Rosario

Un concierto emotivo tuvo lugar en el muelle 2 de La Fluvial. Tuvo como invitada de la zona a la batucada Cosa de Negros

Ana María Parra

Una gira que durante 12 días tuvo a más de 15 músicos navegando por el cauce superior del Río Paraná llegó a su término, el martes pasado.

El cierre no estuvo exento de detalles inexplicables, de “cositas mágicas” se dice cuando no hay explicación lógica para algo.

Durante los 12 días de recorrer agua, y a veces tierra, músicos y comitiva vieron acercarse tormentas que, de repente, tomaban 20 metros de distancia de los viajeros. El Río Infinito y su comitiva tuvieron percances de los que salió bien librado.

Un incendio en el motor de la lancha Marilyn –y justo un barco cerca y una patrullera para socorrerlos en un Paraná generalmente desierto–, cierres de carreteras que de la nada se abrieron para escuchar a la orquesta. Lluvias torrenciales que tuvieron piedad de la embarcación y sus ocupantes.

Así que el martes no podía dejar de aparecer un detalle: justo cuando la orquesta del Río Infinito tocaba su tema de cierre, Catedral , y el payaso Pochosky hacía su número, un camalotal –un grupo de flores que se enjambran haciendo una isla– pasó por la costa del Paraná que mira a La Fluvial, en Rosario.

“Esto es un regalo. Hemos vencido de todo en esta gira y ahora, al final, aparece un camalotal que fue visto por muy pocos. Aquí no son comunes los camalotales ¿saben de dónde viene ese camalotal? Viene siguiendo nuestros pasos desde Misiones!”, dijo emocionado Joselo Schuap músico argentino, que figuró como enlace fundamental durante la gira.

Aquella isla de flores blancas estuvo casi detenida un rato frente a una porción de luz que se reflejaba en la costa del Paraná y luego siguió río abajo mientas río arriba subían silenciosamente embarcaciones de casi 200 metros de largo, largas como dos cuadras juntas.

Despedida especial. Para este concierto de despedida, la Orquesta del Río Infinito repasó lo más vertebral de su repertorio: sonidos de instrumentos andinos, acordeonistas haciendo de las suyas, temas de la música tradicional centroamericana y suramericana. Sin embargo, el toque especial lo puso la panameña Yomira John quien, esa misma noche, debía viajar de Rosario a Buenos Aires para dejar Argentina.

Usando como base varios temas de la orquesta, entre ellos el calipso Cavanga , la cantante fue improvisando una letra nostálgica de despedida y de tributo al río Paraná. Su actuación puso a la gente enérgica, bailadora y cantora; tanto que, llenaron la estación de La Fluvial con aplausos.

Acaba la presentación del Río Infinito, que tuvo como invitado en algunos temas a la batucada Cosa de Negros, artista de la zona que se subieron a la tarima para hacer gala de sus cantos tradicionales.

De entre los locales destacó la presentación del dúo Marco Pereira y Franco Giaquinto, que se acercaron al concierto desde Victoria, estado de Entre Ríos, a varios kilómetros de Rosario.

Poco a poco se fueron sumando, cuando el tema lo permitía, miembros del Río Infinito y, al final, cerca de las 11:30 p. m., la orquesta quedó completa nuevamente, esta vez para acompañar a Joselo Schuap quien hizo, además de su chamamé que lleva el coro “Dios te quita y Dios te da y la música no para”, canciones de sus discos en solitario.

Al final, la orquesta terminó bajando del escenario haciendo una especie de gran cola de carnaval que dio vueltas por el lugar y, con gran parte del público sumado a la hilera, salieron por la puerta principal de una estación fluvial que los vio por primera vez. Algunos dijeron: “Ojalá no fuera la última.

Tomado de http://www.nacion.com/viva/2009/noviembre/27/tiempolibre2173336.html